jueves, 24 de marzo de 2011

La biblioteca digital: Inventando el futuro

En la última década ha surgido un nuevo reto para las bibliotecas provocado por el vertiginoso crecimiento de la información electrónica y su consecuencia lógica, el nacimiento de la biblioteca digital. Ante ello, los servicios y funciones tradicionales de las bibliotecas, adquisiciones, acceso al documento, catalogación y formación, empiezan a sufrir cambios substanciales, que inciden de forma directa en el modo en el que la información se hace accesible al usuario final. Asimismo, las relaciones que se crean entre usuarios, proveedores e intermediarios comienzan a regirse por parámetros distintos que originan nuevas pautas de comportamiento, actitudes y aptitudes en la distribución, el acceso y el uso de la información.
Una biblioteca digital puede basarse en una institución, pero también puede crearse en torno a una materia determinada, una profesión, una región o un país, por ejemplo. Y aunque puede ubicarse en un lugar físico determinado, esta condición no es necesaria para que llegue a existir. En otras palabras, su existencia no depende de unos límites espaciales concretos, sino de su capacidad para proporcionar acceso a una colección de recursos digitales que se crea, desarrolla y mantiene con independencia del lugar geográfico y la ubicación de las máquina en las que éstos se almacenan.


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